Guaraní anunció la salida de Osvaldo Young de la conducción técnica. Se suma a una larga lista de papelones de la actual Comisión Directiva.
Guaraní, aquel club que tras descender estuvo en las puertas de un ascenso, pero que justo antes de disputar la ida casi se quedó sin técnico, hoy dio otro paso en su bochornoso presente: Patricio Vedoya, harto de los reclamos salariales del Cuerpo Técnico y jugadores, prefirió cerrar la puerta antes de que se caiga.
Clasificado a la segunda ronda del Torneo Regional, tras vencer con lo justo a River de Santa Rita, hoy se quedó sin Cuerpo Técnico. Y la lista de salida podría seguir.
Afuera Osvaldo Young, afuera Chumpy Benítez y todo aquel que reclame lo justo, un sueldo.
Plata no hay, y ganas de pagar tampoco. Mucho menos intenciones de llamar a la Asamblea prometida y adeudada.
Pero ¿qué pasó?
Los reclamos salariales se dan desde hace tiempo en Guaraní, que decidió jugar el Torneo Regional solo con la billetera de Vedoya como ingreso. La Franja dejó de ser una vidriera para apuesta de empresarios de la provincia.
El Gobierno, seguramente, colabora, pero no alcanza para sostener una campaña que sueña (y sólo eso) con el ascenso.
A Guaraní lo salva el nombre, pero es un club a la deriva hace rato. La inestabilidad de su hoy Presidente, los malos mensajes que salen desde su vice, dan cuenta de un club acéfalo. Lejos, muy lejos, de aquellas épocas de gloria y Clementes llenos de ilusiones.
El nombre que llegará como DT será una ruleta, otro de la lista para que en pocos días pegue el portazo. Simplemente así la Franja no puede. Ni seguir ni estar, no puede nada. Y al hincha, al socio, al jugador, le duele. Quizá la actual dirigencia también, pero puede más la desidia que el sentido común.
Se viene otro capítulo, ¿justo antes de la intervención?
